sábado

Como odio las noches en que viene gente desconocida a mi casa.. esos que se hacen llamar "invitados".

Por Diossss.
Las sillas buenas que no alcanzan y me tengo que sentar en la que está en las últimas, la que si hago un movimiento mínimamente brusco se hace mierda. Obviamente me mandan a la punta de la mesa, al lado de una de las patas. La gente desconocida que come y se explaya con sumo placer, es decir.. abre las alas sin ningún tipo de verguenza.. y el tipo tiene que comer incómodo en la punta, con la pata, un espacio para apoyar una sola mano, lejos de la comida y corriéndose para que los putos puedan mirar la televisión. Los cubiertos que me tocan son esos que nadie nunca los usa porque no tienen filo, se le sale el mango o simplemente son los más berretas. Los ojos molestos de esa gente que mira cada uno de tus movimientos. Y nunca nadie se podrá salvar de esos comentarios estúpidos que te hacen.. - ¿Y el colegio? - ¿Y las chicas?.. o los chistes malísimos con los que uno tiene que sonreír. Me termino sintiendome incómodo en mi casa. Pero por suerte está el novio de una hermana o algo, que te hace cagar de risa. Pero no.. Odio comer con invitados.

- Saludá Facundo. - Lo saludaste?.
- Te saludó Facundo?. - Dale un beso.
- Mirá que alto está Facundo. - Facundo no hay coca, andá a comprar.
- Facundo, bajá el volumen del TV que queremos hablar.